Comparte Bici y ahorra

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Por Erika Lyu

Desde el año 2016, la economía compartida de China ha experimentado un boom. Las bicicletas compartidas se están propagando rápidamente en las ciudades más grandes de China, como Beijing, Shanghái y Shenzhen y ahora también han empezado a entrar en las de segundo nivel. Desde Mobike y Ofo, marcas relativamente viejas en este mercado, y por lo menos otras 25 marcas más ya empiezan a entrar en la competencia comercial que incluyen marcas de bicicleta eléctrica.

En esta captura de pantalla se ven 24 aplicaciones de bicicletas compartidas que ilustra claramente la competencia intensa del sector. Y en las calles durante todo el día desde muy temprano hasta la noche las bicicletas de colores llamativos han llegado a «inundar» las ciudades, alineadas en las salidas del metro u otras vías con más caudal de caminantes.

Según el ¨Informe de estudio sobre el mercado de bicicletas compartidas de China de 2016¨, publicado por BIDA Asesoría—una institución de estudio de datos por tercera parte, hasta finales de 2016, el total de usuarios de bicicletas compartidas ha alcanzado los 18.86 millones, y se espera que en el año 2017 seguirá manteniendo la velocidad de crecimiento y llegará a 50 millones de usuarios.
El mercado de bicicletas compartidas de China ha experimentado tres etapas. En la primera etapa de 2007—2010, el modelo de bicicleta pública extranjera fue introducido del extranjero y gestionado por el gobierno en distintas divisiones urbanas. Las bicicletas eran de estaca. Desde 2010—2014, el mercado evolucionó en esta segunda etapa y compañías que especializadas comenzaron a aparecer, pero continuaban predominando las bicicletas públicas. La última fase comenzó en el 2014 hasta ahora 2017 gracias al rápido desarrollo de servicios por Internet telefónico, las primeras bicicletas compartidas como Ofo y Mobike resurgen en circunstancias más convenientes y comienzan a sustituir a las de estaca.
En la actualidad las dos marcas más destacadas son Mobike y Ofo ya que cuentan con ventajas más evidentes y ocupan la mayoría absoluta del mercado, de las cuales Ofo ha lanzado una cantidad de unos 80 millones de unidades, una cuota de mercado de 51,2 %; mientras tanto el Mobike, 600.000 unidades y una cuota de mercado de 40,1 %.

Detrás del auge de bicicleta compartida también hay una «transformación» conceptual. Antes sólo era un medio de transporte, sin embargo en los últimos años se ha añadido gradualmente un concepto de moda, de estilo de vida, de salud y de deporte. En la sociedad moderna, especialmente en ciudades más grandes de China, la gente se ha acostumbrado a un ritmo intenso de vida—una línea repetida entre dos puntos de casa y de oficina, donde falta tiempo para hacer ejercicio o deportes. La bicicleta compartida aparece en un momento conveniente donde satisface la necesidad de hacer ejercicio y al mismo tiempo sirve de transporte a las actividades cotidianas ahorrando tiempo para ir al gimnasio. Por todo esto en tan sólo un año el ciclismo se convierte de un pequeño mercado de producción de unas mil unidades en la meta y la entrada de flujos de capital.

La bicicleta compartida es la solución ideal del «último kilómetro»—la distancia desde casa u oficina para acceder al transporte público. Como un medio de desplazamiento de corta distancia, ayuda a construir el sistema tráfico urbano, sirviéndose de una herramienta de traslado entre autobús, metro y otros medios de transporte, que no sólo ahorra gastos de viaje, sino también impulsa la reducción de emisiones carbónicas y el desarrollo verde y sostenible.

Además, la extensión rápida de bicicletas compartidas como nuevo modelo económico fomentará que los diferentes actores del mercado exploren sus propios modelos colaborativos y eliminen barreras industriales y geográficas para un mejor desarrollo de la economía colaborativa.

Por otro lado, tiene sus desventajas. En primer lugar, la gestión de bicicletas compartidas se sujeta a condiciones climáticas y estacionales. Por ejemplo, cuando llueve el uso disminuirá drásticamente incluso a cero, más aunado a que las empresas operativas tendrán que hacer frente a altos costes de amortización de las bicicletas por el daño estructural causado por el medio ambiente.
En segundo lugar, el concepto de ¨fácil acceso y aparcamiento¨ factor ventajoso en comparación con bicicletas públicas de estaca, han facilitado una gran comodidad al público y cada vez es más notoria la situación de encontrar bicicletas rojas, amarillas o de otros colores que estén colocadas en lugares inadecuados, dificultando la administración del espacio urbano.

Tercero es la localización imprecisa. No todas las bicicletas disponen de GPS y algunas sólo ofrecen una cantidad aproximada alrededor. Aunque hay unidades disponibles en una distancia accesible, el usuario no dedicará tiempo en buscar sin tener el punto exacto. Muchas bicicletas facilitan la localización GPS por teléfono móvil, basado en la ubicación donde el último usuario dejo la bicicleta, esta información es recibida por el siguiente usuario.  Esto es, si alguien mueve la bicicleta por indebido aparcamiento el siguiente usuario no recibirá la ubicación correcta (debido a que aún no es precisa la tecnología).

En cuarto lugar, ¿cómo garantizan que los usuarios pueden acceder a una bicicleta al necesitarla? Una distribución eficaz puede compensar la deficiencia en la cantidad. Pero cumplir esto es muy difícil, simplemente echando un vistazo a cómo se reparten las bicicletas compartidas en diferentes horas. Encontrarás que la mayoría de las bicicletas están distribuidas en el entorno de oficinas o cerca de salidas de metro durante el día y zonas residenciales durante la noche (El flujo de la gente se parece a mareas marítimas y se mueven siempre con la misma dirección) si llegas tarde no encontrarás ninguna.

Otro desafío al que se enfrenta la bicicleta compartida y tal vez, el más importante es ¿cómo generar beneficios económicos? Se calcula que una bicicleta se utiliza en promedio tres veces al día, y si la usan 300 días al año, genera un ingreso anual de 900 yuanes que equivale al coste anual de una bicicleta. Sin embargo, creen que la fórmula no cuenta con el costo de gestión. Generalmente, el costo promedio de gestión supone aproximadamente un 20 % del total. Si los ingresos son solamente 900 yuanes, sin duda, no darán beneficios. En otros países, se cobra cinco dólares por media hora, por lo que una gran cantidad de empresas extranjeras pueden conseguir beneficios fácilmente sólo con ingresos de tarifa. Sin embargo, los precios en China son 50 centavos o un yuan por media hora que son casi iguales que el precio de un viaje en autobús. No obstante, las empresas de autobuses sobreviven principalmente basadas en el subsidio de gobierno. Por lo tanto, si la bicicleta compartida no consigue financiamiento de capital muy pronto la abandonará el mercado.

Se puede decir que las bicicletas compartidas tendrán un futuro prometedor en el mercado chino y cuentan con ventajas innegables, pero por la locura de las empresas  operadoras al lanzar sin control bicicletas compartidas para llenar la cuota que el mercado exige, es necesario que urgentemente exista una regulación y ajuste gubernamental. Los colores de distintas marcas de bicicleta compartida formaron un paisaje como arco iris en las calles de las ciudades el año pasado, pero la pregunta es: ¿Cuál de estas durará?

China: apps para todos los gustos

2017/04/24

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